Oh Dios misericordioso, te suplicamos humildemente por Asistencia a los refugiados que se encuentran en situaciones de desesperación y necesidad. Tú que eres la fuente de amor y compasión, extiende tu mano protectora sobre aquellos que han sido forzados a abandonar sus hogares y buscan refugio en tierras extrañas. Escucha nuestras súplicas y bríndales tu divina asistencia.
En tu infinita bondad, te alabamos por tu gran misericordia y amor incondicional hacia todos tus hijos. Reconocemos tu poder y tu gracia que nos sostienen en los momentos de dificultad. Te glorificamos por tu constante presencia en nuestras vidas y por tu cuidado constante hacia los más vulnerables, incluidos los refugiados que claman por tu ayuda.
Damos gracias, Señor, por todas las bendiciones que has derramado sobre nosotros, por la provisión diaria de tus dones y por la guía sabia que nos ofreces en todo momento. Te agradecemos por tu inagotable amor que nos impulsa a servir a los demás y a ser instrumentos de tu paz en el mundo. Bendito seas por tu generosidad sin límites.
Con sincero arrepentimiento, te pedimos perdón por nuestras faltas y pecados, por las veces en que hemos cerrado nuestros corazones a la necesidad de nuestros hermanos refugiados, por nuestra indiferencia e insensibilidad ante su sufrimiento. Te rogamos que nos purifiques y nos concedas la gracia de la compasión y la solidaridad hacia aquellos que más nos necesitan.
Padre celestial, te suplicamos con fervor por Asistencia a los refugiados, para que encuentren consuelo en medio de sus tribulaciones y hallen el apoyo y la protección que tanto necesitan. Te imploramos que guíes a quienes tienen el poder de tomar decisiones para que actúen con justicia y caridad hacia los desplazados, garantizando sus derechos y su dignidad.
Intercede, oh Dios compasivo, por todos los refugiados que sufren en silencio, por aquellos que han perdido la esperanza y por aquellos que enfrentan peligros inminentes. Que tu mano sanadora los sostenga y los fortalezca en su camino, y que tu luz divina ilumine su oscuridad, brindándoles consuelo y protección.
En un acto de consagración, te ofrecemos nuestras vidas y nuestro servicio en favor de los refugiados, comprometiéndonos a ser instrumentos de tu paz y de tu amor en un mundo marcado por la injusticia y la violencia. Que nuestra fe se traduzca en acciones concretas que alivien el sufrimiento de aquellos que están en necesidad, mostrando tu amor a través de nuestras obras.
Te pedimos, Señor, que derrames tu bendición sobre todos los refugiados, protegiéndolos de todo mal y peligro, brindándoles la seguridad y la esperanza que tanto anhelan. Que tu paz inunde sus corazones y que tu gracia los acompañe en todo momento, fortaleciéndolos en su camino hacia un futuro mejor.
Que tu amor infinito, oh Dios misericordioso, se manifieste en cada acto de bondad y compasión hacia los refugiados, recordándonos que en cada rostro sufriente podemos ver tu presencia y tu llamado a amar al prójimo como a nosotros mismos. Te encomendamos, Señor, a todos los refugiados del mundo, confiando en tu poder salvador y en tu providencia divina. Amén.