Oh Dios misericordioso y bondadoso, te invocamos en este momento con humildad y devoción, pidiendo por la Cercanía de Dios a nuestras vidas. Tú que eres la fuente de todo amor y compasión, acércate a nosotros y permítenos sentir tu presencia en cada instante de nuestro día a día.
Te alabamos, Señor, por tu grandeza y majestuosidad. Eres el Creador del universo, la luz que guía nuestro camino y el refugio en tiempos de tribulación. Que nuestra oración por Cercanía de Dios sea un canto de gratitud por tu amor incondicional y tu misericordia eterna.
Te damos gracias, Padre celestial, por las innumerables bendiciones que has derramado sobre nosotros. En medio de las dificultades y las alegrías, siempre has estado a nuestro lado, brindándonos consuelo y esperanza. Que nuestra petición por Cercanía de Dios sea también un acto de reconocimiento por tu constante cuidado y protección.
Señor, en este momento de arrepentimiento, reconocemos nuestras faltas y pecados. Perdónanos por las veces que hemos fallado, por las palabras y acciones que han entristecido tu corazón. Con humildad y contrición, te pedimos por la Cercanía de Dios que nos perdones y nos purifiques con tu amor misericordioso.
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que escuches nuestras peticiones y deseos más profundos. Confiando en tu bondad y tu sabiduría, te pedimos por la Cercanía de Dios que ilumines nuestro camino, que fortalezcas nuestra fe y que nos guíes hacia la plenitud de tu amor.
Intercede por nosotros, Virgen María, madre amorosa y protectora. Ruega por nuestra Cercanía de Dios a tu Hijo Jesús, para que podamos seguir sus enseñanzas y vivir conforme a su voluntad. Que nuestra oración por Cercanía de Dios sea también un acto de comunión con todos los santos y ángeles que te rodean en el cielo.
En este momento de consagración, te ofrecemos nuestras vidas y nuestros corazones, Señor. Que nuestra búsqueda de la Cercanía de Dios sea un compromiso sincero y profundo de seguir tus mandamientos y de servir a nuestros hermanos con amor y generosidad.
Te pedimos, Señor, que derrames tu bendición sobre nosotros. Que tu luz divina nos ilumine, que tu paz nos envuelva y que tu gracia nos acompañe en todo momento. Que nuestra oración por Cercanía de Dios sea un bálsamo para nuestras almas y una fuente de esperanza y consuelo en medio de las dificultades.