Amado Dios, en este momento me dirijo a Ti con humildad y confianza, pidiendo por Claridad en la Duda que aflige mi corazón. Tú que eres la luz que disipa las sombras, te ruego que ilumines mi mente y mi espíritu para encontrar la claridad que necesito.
En tu infinita bondad y sabiduría, te alabo y te admiro por ser el camino, la verdad y la vida. En medio de la incertidumbre y la confusión, encuentro en Ti mi refugio y mi fortaleza. Que tu presencia divina me guíe y me sostenga en todo momento.
Te doy gracias, Señor, por Claridad en la Duda que has derramado sobre mí a lo largo de mi vida. Por cada enseñanza, cada experiencia y cada señal que me has brindado, reconozco tu amor incondicional y tu fidelidad constante. Ayúdame a valorar y agradecer cada bendición que recibido de tu mano.
En este instante de reflexión y arrepentimiento, reconozco mis limitaciones y mis errores. Perdóname, Señor, por las veces en que he dudado de tu amor y de tu poder, por las veces en que he cedido al miedo y la desconfianza. Con humildad y contrición, te pido que limpies mi corazón y renueves mi espíritu para que pueda caminar con firmeza en tu luz.
Dios de misericordia y compasión, te suplico que escuches mis súplicas y atiendas mis peticiones. Concédenos a todos los que te invocamos por Claridad en la Duda, la fuerza y la claridad necesarias para discernir tu voluntad y seguir tus caminos. Que tu gracia nos acompañe en cada paso que damos y en cada decisión que tomamos.
Intercede, oh Señor, por todos aquellos que se encuentran en medio de la oscuridad y la incertidumbre, por aquellos que luchan contra la duda y la desesperanza. Que tu luz divina los ilumine y los guíe por el sendero de la verdad y la paz. Te encomendamos sus vidas y sus necesidades, confiando en tu poder sanador y liberador.
En un acto de entrega y consagración, te ofrezco mi vida y mi ser por Claridad en la Duda entera a tu servicio. Que cada pensamiento, palabra y acción mía refleje tu amor y tu gracia, para que pueda ser instrumento de tu paz y tu reconciliación en el mundo. Que tu voluntad se cumpla en mí, Señor, y que mi vida sea testimonio de tu poder transformador.
Finalmente, te pido, oh Dios misericordioso, que derrames sobre nosotros tu bendición y tu protección. Que tu mano poderosa nos cubra y nos guarde de todo mal, que tu paz inunde nuestros corazones y que tu gracia nos fortalezca en la adversidad. Confiando en tu amor eterno, nos encomendamos a tu cuidado, sabiendo que en Ti encontramos la verdadera paz y felicidad.