Oh Dios misericordioso, en este momento de dolor y tristeza, acudo a Ti con humildad y confianza, buscando Consuelo en la Pérdida que solo Tú puedes brindar. En tu infinita bondad, escucha mi súplica y consuela mi corazón afligido.
Te alabo, Señor, por tu amor incondicional y tu misericordia sin límites. En medio de la oscuridad, me sostienes con tu luz y me fortaleces con tu gracia. Eres mi refugio seguro, mi roca firme en quien confío plenamente para encontrar Consuelo en la Pérdida.
Gracias, Dios mío, por las bendiciones que has derramado sobre mí a lo largo de mi vida. A pesar del dolor y la pérdida, reconozco tu mano amorosa guiándome y sosteniéndome en todo momento. En cada prueba, encuentro Consuelo en la Pérdida al saber que estás a mi lado.
Me arrepiento, Señor, de mis faltas y pecados, de las veces en las que me he apartado de tu voluntad y he causado dolor a otros. Perdóname y purifica mi corazón, para que pueda recibir tu consuelo y sanación en medio de la pérdida que estoy experimentando.
Te pido, Padre celestial, que extiendas tu mano de consuelo sobre mí en este momento de aflicción. Fortaléceme con tu paz y tu amor, y lléname de esperanza y fortaleza para afrontar los desafíos que se presentan. Concédenos Consuelo en la Pérdida a todos los que sufren y lloran en este momento.
Intercede por mí, Virgen María, Madre de Consuelo, para que tu manto de ternura y compasión me abrace en mi dolor. Ruega por nosotros ante tu Hijo, Jesús, para que encontremos la paz y el consuelo que solo Él puede dar en medio de la pérdida que enfrentamos.
Me consagro a Ti, Señor, con todo mi ser y con todas mis circunstancias. Te entrego mis penas y mis alegrías, mis dudas y mis certezas, confiando en que Tú puedes transformar mi sufrimiento en una fuente de gracia y redención. Que mi vida sea un testimonio de tu amor y tu Consuelo en la Pérdida.
Bendíceme, Dios de misericordia, con tu protección y cuidado constante. Que tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, llene mi corazón y me acompañe en cada paso que doy. Concede tu gracia sobre mí y sobre todos aquellos que claman por Consuelo en la Pérdida en este momento.