Oh Dios misericordioso y bondadoso, te imploramos con humildad y devoción por el Cuidado de los enfermos, para que en tu infinita compasión puedas sanar sus cuerpos y aliviar sus almas.
En tu grandeza y majestad, Señor, reconocemos tu poder y tu amor incondicional hacia tus hijos. Te alabamos por tu misericordia infinita y tu constante presencia en nuestras vidas, especialmente en momentos de enfermedad y sufrimiento.
Te damos gracias, Dios amoroso, por las bendiciones que nos brindas cada día, por la fortaleza que nos otorgas para enfrentar las pruebas y por la esperanza que nos infundes en medio de la oscuridad. Te agradecemos por el Cuidado de los enfermos que nos concedes, mostrando tu amor y compasión.
Con humildad y arrepentimiento, te pedimos perdón por nuestros pecados y faltas, por las veces que hemos dudado de tu amor y nos hemos alejado de tu camino. Te suplicamos, Señor, que en tu infinita misericordia nos perdones y nos guíes por el sendero de la rectitud y la bondad, especialmente en lo relacionado con el Cuidado de los enfermos.
Te rogamos, Dios compasivo, que escuches nuestras peticiones y atiendas nuestras súplicas por el Cuidado de los enfermos. Te pedimos que extiendas tu mano sanadora sobre aquellos que están enfermos, que les concedas alivio y consuelo, y que les devuelvas la salud y la paz que tanto necesitan.
Intercede por todos los enfermos, Señor, y acompáñalos en su dolor y sufrimiento. Te pedimos por aquellos que cuidan de los enfermos, para que encuentren fuerzas y consuelo en ti, y puedan brindar el apoyo y la atención necesaria con amor y compasión.
En un acto de entrega y consagración, te ofrecemos nuestras vidas y nuestras acciones por el Cuidado de los enfermos, para que podamos ser instrumentos de tu amor y tu misericordia en el mundo. Que nuestras palabras y nuestras acciones reflejen tu luz y tu amor a todos los que nos rodean.
Te pedimos, Señor, que derrames tu bendición sobre los enfermos, protegiéndolos con tu manto de amor, otorgándoles paz en medio de la aflicción y concediéndoles la gracia de sentir tu presencia sanadora en todo momento. Amén.