Oh Dios misericordioso y justo, te suplicamos hoy por Defensa de los derechos humanos, para que en tu infinita bondad protejas y defiendas los derechos fundamentales de cada ser humano en este mundo. Tú que eres la fuente de toda justicia y verdad, escucha nuestra oración y permítenos ser instrumentos de tu amor y misericordia en la defensa de los derechos humanos.
Te alabamos, Señor, por tu infinita sabiduría y compasión, por tu amor inagotable que nos impulsa a luchar por la justicia y la dignidad de cada persona. En tu bondad y poder, confiamos para que nos guíes en la búsqueda de la verdad y la equidad, fortaleciéndonos en nuestra misión de defender los derechos humanos en todo momento y lugar.
Damos gracias a ti, Dios de misericordia, por las bendiciones que nos has otorgado, por la luz de tu verdad que ilumina nuestro camino y por tu constante protección que nos sostiene en las adversidades. Te agradecemos por el don de la vida y por la oportunidad de ser instrumentos de tu paz y justicia en el mundo, especialmente en la defensa de los derechos humanos.
Con humildad y arrepentimiento, reconocemos nuestras faltas y pecados, y te pedimos perdón por nuestras omisiones y debilidades en la lucha por la defensa de los derechos humanos. Concédenos la gracia de la conversión y la fortaleza para ser testigos fieles de tu amor y justicia en medio de las injusticias y opresiones que afectan a tantos hermanos y hermanas en el mundo.
Te suplicamos, Señor, por la protección y promoción de los derechos humanos en todas sus dimensiones, por la erradicación de la violencia, la discriminación y la injusticia que afectan a tantos seres humanos en nuestro mundo. Que tu Espíritu de amor y solidaridad nos guíe en la construcción de un mundo más justo y fraterno, donde cada persona sea respetada en su dignidad y derechos fundamentales.
Intercede por nosotros, oh Dios de bondad, ante tu trono de gracia y misericordia, para que podamos ser testigos valientes de tu amor y justicia en la defensa de los derechos humanos. Te pedimos especialmente por aquellos que sufren persecución y violencia por causa de su fe, su raza, su género o su condición social, para que encuentren en ti consuelo, protección y fortaleza en medio de las dificultades.
Nos consagramos a ti, Señor, en la defensa de los derechos humanos, comprometiéndonos a ser voz de los que no tienen voz, a ser luz en medio de las tinieblas, a ser instrumentos de tu amor y justicia en un mundo marcado por la injusticia y la violencia. Que nuestra vida sea un reflejo de tu amor y misericordia, y que nuestro testimonio inspire a otros a sumarse a la noble causa de la defensa de los derechos humanos.
Te pedimos, Señor, que derrames tu bendición sobre nosotros y sobre todos aquellos que trabajan por la defensa de los derechos humanos, para que su labor sea fecunda y su compromiso firme en la promoción de la dignidad de cada persona. Que tu paz y tu gracia nos acompañen siempre, fortaleciéndonos en la lucha por un mundo más justo y solidario, donde reine el respeto y la fraternidad entre todos tus hijos e hijas.