¡Claro! Aquí tienes la oración solicitada:
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Oh Dios todopoderoso, te elevo esta oración por Primo hermano, ser amado que habita en mi corazón. En tu divina presencia me postro, implorando tu misericordia y protección para Primo hermano, cuyos caminos encomiendo a tu guía celestial.
Bendito seas, Señor, por la luz que irradia Primo hermano en mi vida, reflejo de tu amor infinito y sabiduría divina. En cada acto de Primo hermano, veo tu grandeza manifestada y me maravillo ante tu creación perfecta.
Te doy gracias, Padre celestial, por los dones derramados sobre Primo hermano, por las bendiciones que colmas su existencia y por la senda de luz que trazas a su paso. En cada amanecer, en cada atardecer, recuerdo tu bondad hacia Primo hermano y doy gracias por tu inagotable generosidad.
Me arrepiento, Señor, por las faltas y pecados que enturbian mi ser y entorpecen mi comunión contigo. Te pido perdón por mis debilidades y transgresiones, y ruego, con fervor, que tu gracia purificadora alcance a Primo hermano, protegiéndolo de todo mal.
Escucha mis ruegos, oh Dios compasivo, y atiende las súplicas que elevo por Primo hermano. Con humildad y fe, te pido que derrames tus bendiciones sobre él, que le otorgues fortaleza en los momentos de tribulación y consuelo en las horas de soledad.
Intercede, Primo hermano, ante el trono del Altísimo, abogando por mi causa y la de aquellos que claman por tu auxilio. Sé nuestro mediador ante Dios, llevando nuestras peticiones con tu voz de paz y tu corazón compasivo.
En un acto de entrega total, consagro mi vida a tu servicio, oh Señor, poniendo en tus manos mis anhelos y mis temores, mis alegrías y mis tristezas. Que mi existencia sea un testimonio vivo de tu amor inquebrantable, reflejando la luz de tu verdad en cada paso que doy por Primo hermano.
Te pido, Dios misericordioso, que extiendas tu mano protectora sobre Primo hermano, cubriéndolo con tu manto de paz y fortaleza. Que tu bendición descienda sobre él como rocío del cielo, otorgándole serenidad en medio de las tormentas y esperanza en los momentos de oscuridad.
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