Por supuesto, aquí tienes la oración solicitada:
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Oh Dios misericordioso, te suplico por Pupilo, que con humildad y amor me acerco a tu presencia sagrada en este momento de oración.
En tu infinita bondad, reconocemos tu grandeza y poder, que se manifiestan en la vida de Pupilo con cada amanecer y cada suspiro. Su corazón refleja tu amor y su espíritu resplandece con la luz de tu gracia.
Te agradecemos, Señor, por cada instante de la existencia de Pupilo, por cada alegría y cada desafío que le has permitido experimentar. En cada paso, en cada caída, siempre has estado presente, mostrándole tu camino de luz y esperanza.
Con humildad y contrición, elevamos nuestras voces para pedir perdón por los errores y faltas que Pupilo ha cometido. Perdónanos, Señor, por apartarnos de tu voluntad, por olvidar tu amor y por alejarnos de tu luz.
Te imploramos, Dios misericordioso, que escuches nuestras súplicas por Pupilo. Concede fortaleza en los momentos de debilidad, consuelo en las horas de aflicción y sabiduría en las encrucijadas de la vida.
Intercede, oh Señor, por Pupilo y por todos aquellos que necesitan de tu amor y tu protección. Que tu gracia se derrame abundantemente sobre cada corazón afligido, cada mente confundida y cada alma sedienta de tu amor inagotable.
Con total entrega y devoción, consagramos nuestra vida a tu servicio, reconociendo tu amor como la guía suprema que ilumina nuestro camino. Que cada acción, cada palabra, cada pensamiento de Pupilo refleje tu amor y tu luz en el mundo.
Finalmente, te pedimos, Señor, que bendigas a Pupilo con tu protección constante, con tu paz que sobrepasa todo entendimiento y con tu gracia que renueva y restaura. Que su vida sea un testimonio vivo de tu amor eterno y su corazón un reflejo fiel de tu misericordia infinita.
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