Oh, glorioso San José Gregorio Hernández, médico de los pobres y siervo fiel de Dios, hoy nos postramos ante ti con humildad y devoción. Acude a nuestro llamado y acompáñanos con tu bondad y misericordia.
Te alabamos, santo de la caridad, por tu corazón generoso y tu entrega sin límites. Fuiste reflejo del amor de Cristo en cada enfermo que atendiste, en cada herida que sanaste y en cada alma que consolaste.
Gracias damos al Señor por haberte enviado como instrumento de su amor en la Tierra. En tu vida y ejemplo, encontramos el testimonio de la fe vivida con obras, del servicio ofrecido con amor y de la esperanza sembrada con humildad.
Reconocemos nuestras faltas y debilidades, y pedimos perdón por las veces que hemos sido indiferentes al sufrimiento ajeno. Ayúdanos a sanar nuestras almas, así como tú sanaste los cuerpos con tu ciencia y compasión.
Te rogamos, San José Gregorio Hernández, que intercedas por nuestra salud física y espiritual. Ruega por nosotros ante Dios para que nos conceda fortaleza en la enfermedad, paz en la angustia y fe en los momentos de duda.
Vela por los médicos y enfermeros que dedican su vida al servicio de los enfermos. Ilumina a quienes buscan la cura para tantas dolencias y protege a los que sufren, llevándolos al alivio y al consuelo divino.
Nos consagramos a ti, San José Gregorio Hernández, y ponemos bajo tu amparo nuestras familias, nuestro trabajo y nuestras preocupaciones. Enséñanos a vivir con caridad, fe y entrega, sirviendo a Dios en nuestros hermanos.
Derrama sobre nosotros tu bendición, santo de la salud y la esperanza. Que tu ejemplo nos impulse a vivir con amor y generosidad, y que, por tu intercesión, recibamos las gracias del cielo.
Amén.