Los Misterios Luminosos
- El primer misterio luminoso: El Bautismo de Jesús en el Jordán”
En nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo, Amén.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
2. El segundo misterio luminoso: La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo, Amén.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
- El tercer misterio luminoso: El Anuncio del Reino de Dios y la invitación a la conversión.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo, Amén.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
4. El cuarto misterio luminoso:La Transfiguración de Jesús en el monte Tabor.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo, Amén.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
- El quinto misterio luminoso: La Institución de la Eucaristía durante la Última Cena.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo, Amén.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo, Amén.
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¿Qué son los Misterios Luminosos?
Los Misterios Luminosos son una serie de cinco misterios que se agregaron al rezo del Rosario en el año 2002 por el Papa Juan Pablo II. Se les llama “luminosos” porque se centran en los eventos de la vida pública de Jesús, donde se revela la luz de su enseñanza y su misión.
A continuación, se explica el significado, la historia y el propósito de los Misterios Luminosos:
Significado: los Misterios Luminosos se enfocan en los momentos en los que Jesús reveló su identidad y su propósito en la tierra. Cada misterio ilumina un aspecto diferente de la vida de Jesús y de su enseñanza, ayudándonos a entender mejor la misión de Cristo.
Historia: en 2002, el Papa Juan Pablo II introdujo los Misterios Luminosos en el rezo del Rosario en un documento llamado “Rosarium Virginis Mariae”. El Papa sintió que era importante agregar estos nuevos misterios para ayudar a los católicos a meditar en la vida pública de Jesús y a profundizar en su conocimiento de la fe cristiana.
Propósito: los Misterios Luminosos tienen varios propósitos. En primer lugar, ayudan a los católicos a comprender mejor la vida y la enseñanza de Jesús. En segundo lugar, nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia vida y a encontrar formas de aplicar los valores y enseñanzas de Jesús en nuestro día a día. Por último, al rezar los Misterios Luminosos, nos unimos en oración con otros católicos de todo el mundo, formando una comunidad de fe y amor en Cristo.
Los Misterios Luminosos son una adición importante al rezo del Rosario, que nos ayuda a profundizar en nuestra fe cristiana y a encontrar formas de aplicar la enseñanza de Jesús en nuestras vidas.
Significado de los Misterios Gloriosos
Los Misterios Luminosos son un conjunto de misterios del Rosario católico que fueron agregados por el Papa Juan Pablo II en el año 2002. Los Misterios Luminosos se enfocan en la vida pública de Jesucristo y su ministerio en la Tierra, desde su bautismo en el río Jordán hasta la institución de la Eucaristía.
Los cinco Misterios Luminosos son:
El Bautismo de Jesús en el río Jordán: Este misterio marca el comienzo del ministerio público de Jesús, cuando se presenta a Juan el Bautista para ser bautizado.
La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná: En este misterio, Jesús realiza su primer milagro público convirtiendo agua en vino en una boda en Caná.
El Anuncio del Reino de Dios y la invitación a la conversión: En este misterio, Jesús anuncia el Reino de Dios y llama a las personas a la conversión.
La Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor: En este misterio, Jesús se transfigura ante sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, revelando su divinidad.
La Institución de la Eucaristía: En este misterio, Jesús celebra la Última Cena con sus discípulos y establece la Eucaristía como el sacramento central de la vida cristiana.
Estos Misterios Luminosos son considerados una forma de meditación en la vida y ministerio público de Jesús, y se rezan junto con los otros tres conjuntos de misterios del Rosario: los Misterios Gozosos, los Misterios Dolorosos y los Misterios Gloriosos.
¿Qué días se rezan los Misterios Luminosos?
Los Misterios Luminosos se pueden rezar en cualquier momento del año, y no hay días específicos asignados para su rezo. Al igual que los otros misterios del Rosario, se pueden rezar individualmente o en grupo, en la iglesia o en casa. Sin embargo, algunos católicos prefieren rezar los Misterios Luminosos en días especiales, como en las fiestas de la Epifanía del Señor, el Bautismo del Señor o el Jueves Santo, ya que se relacionan con la vida pública de Jesús. En cualquier caso, la elección de cuándo rezar los Misterios Luminosos queda a discreción del devoto.